No hay nada que buscar afuera.

Eres una caja de resonancia de todo lo que acontece.

Minimiza aquello que te hace sentir pequeña.

Engrandece lo que te hace sentir fuerte.

Tu atención es la clave.

Entrénala por y para tu bienestar.

Ella sabe lo que te hace bien. 

 

CAPÍTULO 7. LA INMERSIÓN. Entrena tu atención hacia la paz
 

No hay nada que buscar afuera.

Esta frase la he escuchado cientos de veces,

y siento que últimamente va cobrando sentido.

No puedes sentirte querida si tú no te quieres.

No puedes sentirte completa si tu no no lo crees así,

no puedes ser feliz si tú no lo decides.

 

Tenerlo todo y no ser feliz. Ese es el mal de nuestro tiempo. Acumulamos ropa,

móviles, experiencias… todo con el objetivo de llenar ese hueco existencial que se abre paso cada día.

 

Pero resulta que ese hueco no existe. Es ilusorio. Es una mera construcción de la mente.

Esa que está todo el tiempo parloteando esto y aquello. 

Es tan simple que asusta.

A veces logro verlo con infinita claridad.

Sobre todo después de meditar. Otras me pierdo en las revoluciones de la mente. Y me digo: PARA PARA PARA. 

E intento redirigir mi atención a otro sitio.

Entrenar la mirada como quien entrena en el gimnasio. Se trata de eso.

 

Hoy pongo mi atención en la candidez de las personas mayores.

Hoy pongo mi atención en la risa de un niño.

Hoy pongo mi atención en mi respiración.

Hoy me digo que deje de perseguir pensamientos negativos. Que deje de darle vueltas a algo. Lo suelto.

Hoy me permito estar presente.

Hoy me permito estar serena.

Hoy me permito soltar lastre.

Hoy me permito ser aquí y ahora.

El quinto código de la Inmersión:

Entrena tu atención hacia la paz y ésta te envolverá entera. 

 

Te amo infinitamente,