Con esto no quiero asustaros, que tampoco es que vayamos a la deriva. Simplemente hoy quiero poner el foco en el proceso en el que a menudo vivimos cuando no sabemos nada de nada, ni qué decisiones tomar, ni hacia dónde dirigirnos en la vida, ni qué profesión escoger, ni qué pareja tomar, y qué otra cosa dejar. Y en esos momentos, es cuando más entramos en contacto con la esencia de la vida: el no saber.

Y justo ahí, cuando emprendemos, entramos en ese espacio de no saber: no sabemos qué cobraremos a final de mes, no sabemos con qué gente nos relacionaremos, tampoco sabemos qué tipo de contenido ofreceremos en un tiempo, y ni si quiera sabemos si conseguiremos nuestro objetivo, si es que nos hemos marcado alguno. Hay algo dentro de nosotras que se pone resistencias a vivir esa experiencia porque nos incomoda reconocer que en el fondo no tenemos control sobre nada. Por eso la mayoría de las personas prefiere no arriesgarse y vivir en esa especie de sensación donde todo parece estar controlado.

Dale al play y disfruta de mi tercera videoidea.

Te espero en los comentarios.

¿Y si no controlaras absolutamente nada?