Hay un túnel estrecho.
Ni siquiera sé si estoy a medio camino de llegar al final.
Parece que es una calle sin salida.
Repito, solo lo parece.
Pero en realidad no es un túnel,
no hay entrada ni salida.
Porque las cosas no se superan,
solo SE VIVEN. 

CAPÍTULO 2. LA INMERSIÓN. Las cosas no se superan, las cosas SE VIVEN. 

En las más remotas profundidades de tu inconsciente hay una llama que tirita de frío. Parece que cualquier soplo de aire la va a apagar sin ningún tipo de compasión. Los pies sudan sin remedio y acaban por arrastrarse hacia el fango aunque tú intentes de todas las formas que esto no suceda. No eres tú, es la vida que te lleva hacia adentro. Piensas mecerte y acomodarte ahí, pero es tan sumamente incómodo que dices para tus adentros: lo superaré.

Y claro que lo harás, pero no de la forma que tú te imaginas. No lo superarás como si fuese un videojuego en 3D y pasarás de pantalla hasta llevarte el premio final. No, seguirás ahí, respirando el caos y dejando que cale la tormenta en tus huesos.
Aguantarás el timón aunque llueva a raudales y el pulso te tiemble. No esperarás un día mejor, porque éste puede que no sea el mejor de los días, pero ya es un día más. Y eso, ya es bastante.

Respirarás cada desaliento como si fuese un maldito regalo. Porque lo es aunque te desgarre entera.

No intentes superar lo que te alcanza sin remedio. El intento acabará contigo.
Acúnate en la niebla, a pesar de que la ingravidez sea cruelmente etérea.
Asume que no hay donde cogerse, que todo es líquido y que todo cambia y nada permanece.
Mira de frente al caos, y permanece un segundo eterno sintiendo lo jodido que es.
Porque sí, porque las dos sabemos que es sumamente jodido y molesto y odioso.
Pero es lo que hay ahora, es la noche y de noche también se vive aunque duermas profundo.
Encuentra tu paz en los momentos más oscuros.
Vive tu paz en tu caos. Deja de intentar superarlo.
Vívelo intensamente y dale la bienvenida.
Asume de una vez por todas que la inmersión está de visita y habrá que prepararle una taza de chocolate bien caliente.
Nadie sabe por cuánto tiempo más piensa quedarse así que, ¿tienes otra solución mejor?

Te amo infinitamente,